La mascota bulldog tenía sólo 7 meses cuando devoró el pie de su dueño.
Un jubilado de 64 años dormía cómodamente en su sillón cuando un grito de su mujer lo despertó y, para su sorpresa, el dedo gordo de su pie derecho estaba cubierto de sangre. Su perro de 7 meses se lo había comido hasta llegar al hueso.
De solo imaginar despertarse y descubrir la uña del pie colgando bañada en sangre, da miedo. A eso tuvo que enfrentarse David, un constructor jubilado, luego de que su perro «jugueteara» violentamente con su dedo.
«Estaba dormido en el sofá cuando mi esposa entró y gritó: ¡Dave, el cachorro te está mordiendo el dedo del pie!», dijo eufórico.
Tras realizarle diversos estudios, se le administraron antibióticos para evitar que la infección causada por la mordedura de perro se extendiera al hueso. Mientras permanecía internado los doctores le hicieron una tomografía computarizada y así descubrieron que el jubilado, que sufre diabetes, tenía dos arterias obstruidas en las piernas.
La razón por la cual no se había despertado es que había perdido la sensibilidad en sus pies cuando dormía. Los profesionales le explicaron que si hubiese tardado más tiempo en ser atendido corría el peligro de que amputaran la pierna.
Es por eso que la mordida de su mascota les permitió a los médicos advertir el problema a tiempo y pudieron colocarle endoprótesis vasculares que abrirían las arterias y permitirían que el flujo sanguíneo volviera a su pierna.
Lejos de pensar en echar al perro de su hogar, considera que le salvó la vida y que gracias a este incidente pudo prevenir algo peor. David es padre de cinco hijas y de su pequeño bulldog de 7 meses.
