Los profesionales del Laboratorio de Senasa en Martínez aclararon que no fue allí donde se pudieron haber manipulado las muestras de la avícola correntina

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La avícola Santa Ana, dedicada a la producción de huevos en Corrientes, está en el ojo de la tormenta desde que, según denunciaron sus dueños ante la justicia, el martes 4 de abril Senasa dejó allí unos test para detectar la Gripe Aviar que en realidad no fueron utilizados correctamente, pero que a los dos días derivaron primero en un resultado “negativo”, que fue anticipado por teléfono, que devino en otro “positivo” a las pocas horas, y que fue comunicado oficialmente. Esto derivó en la orden de sacrificar 200 mil gallinas que no llegó a concretarse, porque un segundo análisis, ordenado ahora por un juez, volvió a dar resultado “negativo”.

El viernes pasado, Senasa aceptó a regañadientes el resultado de ese segundo test, aunque la empresa continúa interdictada (no puede mover su producción) y se vio forzada a enterrar 360 mil huevos. La intervención sanitaria durará al menos hasta que se conozca el resultado de un tercer análisis, esta vez por iniciativa del porpio Senasa, cuyas muestras se tomarán el martes próximo.

En medio de este desaguisado, y ante la falta de explicaciones adecuadas, las sospechas recaen sobre todos: el veterinario de Senasa que llevó los primeros test y no verificó que se usaran como corresponde, la veterinaria de matrícula que no tenía experiencia en ese campo y entonces deslindó la tarea en los dueños de la empresa; los dueños de la empresa que al parecer hicieron los test y los enviaron sin tener experiencia; y el laboratorio central de Senasa, que está ubicado en Martínez, y que es el único centro autorizado para hacer estas detecciones de Gripe Aviar altamente patógena.

Claro, los trabajadores y profesionales que se desempeñan allí quedaron molestos por el escándalo en el que se ven envueltos. Y “atento al silencio de las autoridades” por los “resultados de los análisis (positivo y negativo) realizados en el Laboratorio Martínez”, según dice un comunicado de la junta interna del sindicato ATE, salieron a aclarar que no fue allí donde se produjo la mala praxis que desencadenó en este escándalo.

“En el día de ayer (por el sábado) le solicitamos a Presidencia de Senasa (ocupada por Diana Guillen) que efectuaran una comunicación oficial deslindando responsabilidades sobre el accionar del Laboratorio y que la misma sea remitida a los medios y redes sociales. Que no queden dudas de las tareas ejemplarmente desarrolladas por agentes altamente especializados que aplican las normativas de seguridad vigentes bajo las Normas de calidad (ISO/IEC 17025) en los análisis para la detección de Influenza Aviar Altamente Patógena, cuya Emergencia Sanitaria ha sido declarada, y en cada ensayo/análisis que realizan para la detección de otras enfermedades”, explicaron los delegados de ATE en Martínez.

Pero a renglón seguido, los gremialistas lamentaron que “hasta este momento, el resultado de esta petición fue el silencio, actitud que no compartimos”.

 

“El daño ya está hecho”, estimaron los trabajadores del laboratorio central de diagnóstico de Senasa, quienes trataron de aclarar la parte que les tocó a ellos sobre este operativo sanitario.

Por un lado enfatizaron que “al Laboratorio Martínez sí ingresaron muestras provenientes de la mencionada avícola, SI se efectuaron los análisis, con sus respectivos controles, como con cualquier muestra, arrojando resultados positivos en la primera toma de muestras analizadas”.

Esto, de confirmarse, sería grave, pues querría decir que alguien pudo haber manipulado las muestras -a favor o en contra de la empresa- antes de su llegada al laboratorio.

La Junta Interna de ATE también señaló que “el Laboratorio, por sus estándares de calidad, puede demostrar que en el caso de haber existido contaminación, no fue adquirida en el Laboratorio”.

“Nuestros Compañeros pueden demostrar tal situación, que expone un claro descrédito para todos ellos, la Dirección de Laboratorios y el Senasa. Resaltamos que los errores que pudieron cometerse no fueron a partir del ingreso de las muestras al Laboratorio de Martínez”, enfatizaron.

Por eso los deleghados sindicales reclamaron a la conducción del organismo que brinde públicamente sus explicaciones sobre el caso, “aclarando que el Laboratorio está exento de responsabilidad ante estos acontecimientos”. Más adelante lamentaron: “El silencio es atronador y perjudicial para todos ellos, día a día se profundiza el descredito, aunque a futuro la justicia fallara a favor del Senasa”.

“Es totalmente injusto que nuestros compañeros se sientan desprotegidos por el Organismo, cuando siempre, en visitas internacionales, y ahora dieron y dan toda su capacidad y capacitación al servicio del Senasa y del país”, manifestaron. Y agregaron que “el perjuicio producido en los últimos días por la difusión en los medios y redes sociales, poniendo en tela de juicio la labor de los Compañeros y, además, el manto de dudas sobre los resultados positivos de otras muestras ingresadas al Laboratorio desde el 15 de febrero 2023, es aniquilador”.