En el último mes dos niños perdieron la vida en la provincia de Salta, por diferentes razones que emergen en la marginalidad y el desamparo. Un niño murió por desnutrición, en tanto que una niña falleció mientras esperaba atención médica que se demoró casi una semana. Ambos pertenecían a la comunidad wichí, sector que representa la mayor muestra de la emergencia sociosanitaria que azota a la provincia, y a su vez, de la falta de respuestas de las autoridades provinciales a una extrema y delicada miseria, cuyo principal desencadenante es una mortalidad infantil en crecimiento.
En la apertura de las sesiones legislativas provinciales, el gobernador Gustavo Sáenz expresó que “algo hemos cambiado la realidad dolorosa con mucho esfuerzo”, en referencia a un sector tan postergado de la población como la comunidad wichí. Sin embargo, pocos días después de aquel discurso, una nena de 9 años murió mientras esperaba ser atendida en el Hospital San Roque, en la localidad de Embarcación, departamento de San Martín.
