El atleta chaqueño que representará al país en los Juegos Mundiales para Trasplantados

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Enrique Omar Solís Molina, de 51 años, trasplantado desde hace seis años, a causa de una enfermedad renal que «tiene la particularidad de ser silenciosa», refiere Enrique, dado que «está presente pero no se manifiesta y solo se descubre cuándo aparecen los síntomas, por lo que es importante conocerlos», explica.

 

«En mi caso, los síntomas se manifestaron en forma muy abrupta y mi estado de salud tuvo una caída muy marcada», continuó relatando y añadió que «no hubo otra alternativa que recurrir a la hemodiálisis, un procedimiento que en el que estuve varios años», contó.

El chaqueño Enrique Solís representará al país en los XXIV Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados, en Perth, Australia.

 

Solís estuvo en lista de espera para realizarse un trasplante, «en un tiempo que había mucho menos donantes», recordó, pero su situación empeoró y en 2016 «se tornó crítica», dijo.

 

La necesidad de un trasplante «se volvió imperiosa» porque los médicos dijeron que su perspectiva de vida era de «no más de 3 o 4 meses».

 

Fue así que su familia se puso en campaña: «Mis hermanos se hicieron los estudios de compatibilidad y fue mi hermana mayor, Alicia fue quien finalmente me donó un riñón», contó.

«Me dieron de 3 a 4 meses de vida y el trasplante se hizo imprescindible».

 

La cirugía fue un antes y un después en la vida de Solís: «el cambio en mi calidad de vida fue rotundo. Salí del quirófano con el riñón nuevo funcionando», recordó. «A los trasplantados nos gusta decir que se trata de una nueva vida porque es así como se siente», añadió.

 

 

-¿Cuáles fueron esas diferencias que cambiaron tu vida?

 

-Previo al trasplante la debilidad corporal era tal que para hacer una pequeña compra en el supermercado tenía que ir en auto por una cuadra y media, porque no aguantaba trasladar las bolsas por una corta distancia.

 

También tenía mucha dificultad en mantener la atención, uno puede comprender las cosas muy fácilmente pero no las retiene, lo cual es una característica de las enfermedades renales.

 

 

-Y al poco tiempo de salir del quirófano te subiste a la bicicleta?

 

-Alrededor de un mes pasó cuando pedí autorización para hacer actividad física a mi médica tratante y me dio las opciones de caminar, trotar, hacer ciclismo o natación.

 

Empecé con recorridos muy cortos. La primera vez fueron unas diez cuadras. Y finalmente lo tomé con mucha pasión. Cada vez fui agregando un poco más de distancia, más tiempo, a tal punto que celebré un año de trasplantado con un recorrido de 100 kilómetros, en mountain bike hasta la Isla del Cerrito, ida y vuelta en pleno verano.

 

Pero en un principio fue un entretenimiento y se convirtió en algo serio cuando me enteré que se estaban realizando en Salta los Juegos Latinoamericanos para Trasplantados, que son los juegos selectivos para los atletas que luego competirán a nivel mundial.

«El riñón me lo donó mi hermana Alicia, quien resultó más compatible. Ahora ella lleva una vida completamente normal».

 

Paralelamente, y también en forma casual, conocí a Nacho, un amigo entrañable, a quien no conozco personalmente porque vive en el sur, con quien estoy en contacto permanente, y me motivó para poder participar en un deporte, transformando el ciclismo en una pasión, que abracé con seriedad y a partir de ahí comencé con los entrenamientos a conciencia.

 

Después conocí a mi actual entrenador, Matías Gauto, quien me sigue en los entrenamientos dedicando mucho tiempo a ayudarme a progresar como ciclista, me tiene mucha paciencia. Además de entrenador es mi amigo, y es quien me ayudó a avanzar en lo físico y en el rendimiento como ciclista.

 

 

Juegos Mundiales

 

Los Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados es un evento que tiene entidad y las mismas disciplinas que se realizan a nivel olímpico, se organizan cada dos años y participan todos los países del mundo que realizan trasplantes se encuentran representados.

«Un mes después de la cirugía me autorizaron a hacer actividad física y el ciclismo se convirtió en una pasión, que abracé con total seriedad».

 

En esta ocasión estarán organizados por Transplant Australia y se desarrollarán en la ciudad de Perth.

 

Solís participará por primera vez, siendo un «trasplantado reciente, porque hace seis años que fui trasplantado de un riñón y hay atletas que llevan mucho más tiempo de haber sido intervenidos», señaló.

 

 

-¿En qué especialidad participás?

 

-Son dos pruebas de ciclismo: una contra reloj de 10 kilómetros, lo que implica correr en forma individual en pista y se define por quien logra recorrer esa distancia en el menor tiempo posible.

 

La segunda prueba es de calle denominada pelotón, y el formato es de carrera, todos los corredores juntos para una distancia de 30 kilómetros.

 

 

-Cuántos ciclistas representan a Argentina?

 

-Teníamos la expectativa de llevar una delegación de varios ciclistas, pero por diferentes factores, principalmente el económico, hasta el momento soy el único en la disciplina, además de ser el primero y único chaqueño que participará de los Juegos para Deportistas Trasplantados.

 

 

Altos costos

 

Para participar de los Juegos cada atleta debe costearse los gastos de inscripción, traslado y estadía, además del equipamiento, que, en su caso «llevo mi propia bicicleta que armé con mis propios recursos que también son limitados», explicó.

 

«En este caso particular es sumamente costoso por la distancia, dado que Australia está del otro lado del mundo», agregó Solís y confesó que tenía decidido no participar, «debido al alto costo y no conseguir los fondos para solventarlos».

“A los trasplantados nos gusta decir que se trata de una nueva vida porque es así como se siente”.

 

Relató que en principio consiguió una respuesta positiva a su solicitud ante organismos oficiales «pero llegaban con retraso, o montos insuficientes», de todos modos, la situación requería de esfuerzo propio «pero a medida que se acercaba el momento de cumplir con el pago de la preinscripción y viendo que no alcanzaba la suma necesaria, di por agotadas las esperanzas de asistir».

 

Allí apareció «un vecino muy querido, un vecino de toda la vida», quien, tras ponerse al corriente de la situación le facilitó todo lo necesario para que pueda viajar y participar de los Juegos. «Me ofreció el dinero y dijo ‘me devolvés si podés o como podés’, a lo que no quise acceder por tratarse de una responsabilidad muy importante ante un gesto enorme, que todavía no sé si voy a poder retribuir», consideró.

 

 

Expectativas

 

-¿Qué papel considerás que estás en condiciones de representar en los Juegos?

 

-Si bien los atletas del llamado primer mundo cuentan con equipamiento mucho más avanzado en relación con el que puedo disponer con mis recursos, voy con muchas expectativas y muy motivado a buscar mi mejor papel, y espero poder lograr un buen resultado deportivo.

 

El anhelo de todo deportista es lograr hacer un podio o al menos tener un buen desempeño. De todos modos, soy consciente de mis limitaciones porque siendo un trasplantado reciente corro en desventaja con respecto a atletas que llevan décadas de recuperación.

 

Enrique Solís partió este domingo a Australia, donde, desde el sábado comienza su participación en los XXIV Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados. Se llevó su bicicleta para pedalear por sus ilusiones y plasmar tanto esfuerzo y tanta pasión en la historia deportiva del Chaco.

 

 

Alicia  

 

Con gran acierto, el fotógrafo de NORTE, Marcelo Cáceres, quien graficó la entrevista, preguntó a Solís, una vez finalizada la misma, acerca de la vida que lleva su hermana, Alicia, quien fue la donante del riñón que mejoró su calidad de vida.

 

El atleta fue enfático al afirmar que la vida de la donante «es absolutamente normal. No existen riesgos para ella por haber donado el riñón y exceptuando algunos cuidados en la alimentación, que no varían su rutina, no tuvo que cambiar nada de su vida anterior a la cirugía».

 

Seguidamente, Solís insistió en repetir la importancia de la donación de órganos y la cantidad creciente de vidas que se salvan a través de esa práctica a medida que crece el número de donantes.

 

 

Fotos: Marcelo Cáceres

 

Facebook: Enrique Solís Molina

Fuente norte